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sábado, 14 de enero de 2012

El beneficio de retirar el deporte a los niños.

Ante el pequeño paréntesis vacacional, muchos de nuestros deportistas han sido castigados con la privación de no hacer deporte. Unos han obtenido malas notas en el primer trimestre por no ser constantes en su única obligación (estudiar); otros han tenido demasiado tiempo libre para hacer gamberradas con su círculo de amistades; y algunos, simplemente, han tenido comportamientos reprobables con sus familares.


La decisión de algunos padres y tutores ha sido la de privarles del deporte con su equipo, además de otras cosas que sí son eficientes de cara a evitar este tipo de malos comportamientos. 

En todo momento vamos a valorar y respetar la decisión de los responsables de estos niños, pero no podemos compartirla. 


El ritmo de la vida actual, sobre todo en ciudades como la nuestra, está tomando un cariz sedentario. Este sedentarismo está afectando también a los niños. 

El crear hábitos saludables, educar en salud, es un objetivo que en ocasiones los padres pierden de vista, tal vez obcecados por el rendimiento académico. Las actividades deportivas nos pueden ayudar a crear hábitos saludables que perduren en el tiempo, colaborando así no sólo en el desarrollo físico actual, sino también en la educación para la salud que acompañará a ese niño toda la vida, tan importante como dicha formación académica.  


Apoyando y complementando esa educación en salud no podemos dejar de mencionar la educación en unos valores personales que acompañan las actividades deportivas: respeto, trabajo en equipo, diversión, compañerismo, esfuerzo,...absolutamente necesarios para transformar y mejorar la sociedad en la que vivimos. 


El papel que jugais vosotros: padres, madres, tutores y responsables es fundamental para la formación integral de vuestros propios hijos. 

Cuando uno de nuestros hijos nos lleva unas calificaciones académicas que no son suficientemente buenas, o es autor una gamberrada grave o leve, o tiene comportamientos que no son adecuados en el período estival; nos enfadamos y como castigo decidimos eliminar el deporte de las actividades extraescolares realizadas por el niño. 


En el mejor de los casos, y a partir de ese momento, el tiempo dedicado a la actividad física durante la semana pasa a dedicarse a estudiar más o a realizar mejor los deberes. En el peor,...el tiempo se invertirá en ver la televisión, jugar a la videoconsola, a jugar o estar en el parque con otros amigos no deportistas,...


El niño pierde la oportunidad de realizar una práctica deportiva, tutelada por un monitor-entrenador, que constituye un pilar en su formación como mínimo a nivel físico, sin olvidar el plano psicológico y social.  Pasa de realizar una actividad que conlleva una disciplina, una organización del tiempo, unos valores... a realizar otra actividad lúdica, sin ningún tipo de disciplina, control o trabajo físico. 

Un ejemplo: nosotros tuvimos hace tiempo a un niño que con doce años era un fenómeno jugando a fútbol sala. Con quince años, tuvo un rendimiento académico pésimo, y sus padres decidieron no dejarlo ir a entrenar más. Lo obligaban a ver los partidos de su equipo, pero sin participar; sin embargo, le permitían pasar el tiempo que dedicaba a sus entrenamientos, en el parque, con compañías de dudoso beneficio para él. Finalmente, ni estudió, ni hizo deporte. Sólo alternaba con sus "amigos".


¿Por qué no analizamos la situación? Hablemos con profesores y entrenadores, y constatemos que dentro de los principios beneficiosos para los niños, son tan necesarios los valores académicos como los deportivos. 


Los entrenadores entendemos que un niño que se esfuerza, que es trabajador o inteligente en el deporte, lo debe ser también en el resto de facetas de su vida. En el deporte se comportan así debido a su alta motivación; les apasiona el fútbol sala, o el patinaje, o el atletismo,.... Debemos conseguir dicha motivación también en el ámbito académico. 


Debemos estudiar dónde está el error, analizarlo e intentar enseñar al niño a organizar su tiempo de forma que pueda seguir realizando deporte. 

Nosostros, los formadores y entrenadores, seremos los primeros que motivemos e incentivemos al niño hacia el estudio. 


Son muchos los padres y tutores de los niños que han decidido retirar el deporte como castigo hacia sus hijos:  como una medida desesperada para que corrijan sus malos hábitos y comportamientos; como una vía de motivación para que reaccionen y se tomen en serio su verdadera obligación, el estudio. 

Os entendemos y os respetamos, y deseamos colaborar con vosotros en la medida de lo posible; pero, por favor, no les privemos del deporte, de esa actividad tan sana y divertida, repleta de valores socializadores, absolutamente necesarios por y para un futuro lo más saludable posible. 


Muchas gracias por vuestra colaboración. 


Javier Merino
Coordinador Actividades Extraescolares Colegio Labor

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